Poco espacio, horarios estrictos y visitas restringidas: así pasó a ser la vida de Lula en la prisión
El expresidente pasó su primera noche en su celda de Curitiba, donde deberá cumplir una condena de 12 años y un mes por corrupción. En ese mismo predio ya hay otros condenados del Partido de los Trabajadores por la megacausa Lava Jato
Brasil vive momentos históricos: Lula da Silva se convirtió en el primer expresidente de ese país en ir a prisión por corrupción.
La “Cárcel del Lava Jato”, como la conocen en Brasil, o el Complejo Médico Penal de Pinhais, es el lugar que preparó la Policía Federal del vecino país para la llegada de Lula tras jornadas de alta tensión.
Según publicó Folha De San Pablo la cárcel de Paraná (a 40 minutos de Curitiba) es considerada la mejor locación. Allí deberá cumplir la sentencia de 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero relacionado con la operación Lava Jato.
Allí justamente, desde marzo 2015, se encuentran otros antiguos aliados involucrados en el mayor caso de corrupción en Brasil como el extesorero del Partido de los Trabajadores, Joao Vaccari o el gobernador de Rio de Janeiro Sérgio Cabral, es al que iría Lula Da Silva.
La celda de Lula es de 12 metros cuadrados, tiene una ventana y una puerta de acero, un inodoro en el suelo y un tanque de agua.
Lula deberá usar el uniforme de la cárcel que consta de pantalón gris y camisa blanca con un detalle azul. Los uniformes son lavados una vez por semana en el lavadero de la cárcel. Además, Lula Da Silva podrá guardar cuatro calzoncillos y cuatro pares de medias en la celda que deberá lavar él mismo con el tanque de agua instalado en la celda.
El cambio en el estilo de vida, según relata Istoé, alcanza a varios aspectos más: Lula Da Silva deberá levantarse a las 5 de la mañana, tendrá 4 minutos para bañarse y podrá de 9 a 11 de la mañana salir a caminar o jugar al fútbol. Pero también podrá quedarse en la celda donde habrá una televisión de 20 pulgadas y una radio AM / FM, sin entrada de USB.
En cuanto a las visitas, sólo pueden entrar dos parientes a la vez. No se permiten visitas íntimas y los abogados podrán hablar en cualquier momento, pero a través de una mampara.
El complejo carcelario cuenta con un hospital, áreas para presos con medidas de seguridad y embarazadas. En total hay 697 presos de los cuales 11 corresponden al caso Lava Jato.
La Policía no obstante, según informó Folha, prevé medidas de seguridad específicas dado que entorno a la cárcel hay grandes áreas de descampado que podrían ser foco de campamentos de movimientos sociales en apoyo a Lula.
¿Por qué no ir a otro lado? La Policía considera que en otras cárceles el perfil criminal de los presos podría poner en peligro la seguridad de Lula.
En Brasil todos los presos tienen un período de adaptación a la prisión y en el caso de Lula éste lapso podría concretarse en un cuartel del ejército o de la aeronáutica por un lapso de 15 o 30 días antes de seguir hacia su celda en la Cárcel del Lava Jato.